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Caspar david friedrich el caminante sobre el mar de nubes
la abadía del roble
En primer plano, un joven se encuentra sobre un precipicio rocoso de espaldas al espectador. Está envuelto en un abrigo verde oscuro y sujeta un bastón con la mano derecha. Con el pelo alborotado por el viento, el vagabundo contempla un paisaje cubierto por un espeso mar de niebla. En el centro, otras crestas, tal vez similares a las del caminante, sobresalen de la masa. A través de las coronas de niebla, se perciben bosques de árboles en lo alto de estos escarpes. En la lejanía, se elevan a la izquierda unas montañas descoloridas, que se nivelan suavemente hacia las llanuras del este. Más allá, la niebla se extiende indefinidamente, mezclándose con el horizonte y haciéndose indistinguible del cielo lleno de nubes.
El cuadro se compone de varios elementos de las montañas de arenisca del Elba, en Sajonia y Bohemia, esbozados en el campo pero, según su práctica habitual, reorganizados por el propio Friedrich en el estudio para el cuadro. Al fondo, a la derecha, el Zirkelstein. La montaña del fondo a la izquierda podría ser el Rosenberg o el Kaltenberg. El grupo de rocas que hay delante representa el Gamrig, cerca de Rathen. Las rocas sobre las que está el viajero son un grupo del Kaiserkrone.
vagabundo sobre el mar de niebla precio original
Vagabundo sobre el mar de niebla, de Caspar David Friedrich, pintado hacia 1818. Se considera una obra maestra del Romanticismo, y habla de la necesidad humana de verticalidad. Friedrich muestra a un hombre que ha subido a la cima de una montaña, observando el mundo que tiene debajo.
Subir a la cima de una montaña es lo más cerca que una persona puede estar de escapar de la superficie terrestre sin emprender el vuelo. Es un triunfo sobre la gravedad, y da al escalador una gran sensación de logro, así como un dominio sobre el paisaje circundante. El cuadro que se muestra arriba resume todo esto maravillosamente. Fue pintado hacia 1818 por Caspar David Friedrich, y se titula Wanderer Above the Sea of Fog.Wanderer es maravillosamente atmosférico. Friedrich nos pone detrás de su sujeto, para que podamos ver lo que él ve. Está de pie en la cima de una montaña, con el pelo azotado por el viento y un bastón a su lado. El caminante observa el paisaje circundante con un aire de confianza, como si acabara de conquistarlo. Mirando hacia fuera, puede ver picos más cortos asomando entre las nubes y la niebla que se arremolinan debajo. Tiene la sensación de haber escapado del mundo caótico de abajo y haber ascendido a un plano superior de calma y reflexión. Friedrich resume perfectamente la sensación de escalar una montaña. Su vagabundo ha conquistado la cima, y en el proceso se ha elevado por encima de las nubes. Se mantiene erguido, desafiando el reto que acaba de completar y disfruta de la magnífica vista que se ha ganado. Es una sensación difícil de describir, pero el cuadro lo hace maravillosamente.
el mar de hielo
El excursionista se sitúa como una figura de espalda en el centro de la composición. Observa un mar de niebla casi impenetrable en medio de un paisaje rocoso: una metáfora de la vida como un viaje ominoso hacia lo desconocido.
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wanderer above the sea minecraft
El vagabundo” es una visión idealizada del alma del artista, libre y sin restricciones de las preocupaciones mundanas. Un hombre mira a la distancia y a las muchas posibilidades y caminos que se pueden tomar. El lienzo está lleno de serena maravilla y una sensación de eternidad. Cuando existe el peligro de una sobredosis de subjetividad y se necesita “mantener la calma y seguir adelante”, me viene a la mente esta hermosa imagen. Aunque la vida a veces hace que uno quiera hibernar en algún rincón oscuro, “El vagabundo” nos recuerda que debemos seguir mirando hacia adelante con esperanza.