Contenidos
El fin de una era turbulencias en la globalización
Cómo afectó el covid-19 a la globalización
Vivimos una época de intensas turbulencias, desilusión y desconcierto. Las crecientes tensiones geopolíticas están transformando las relaciones internacionales, y el tribalismo político está revelando profundas fisuras dentro de los países. La propagación de las tecnologías exponenciales está poniendo en entredicho supuestos de larga data sobre la seguridad, la política, la economía y mucho más. Al menos dos factores distinguen la fase actual de la globalización de las iteraciones anteriores.
En primer lugar, el ritmo acelerado del cambio está haciendo prácticamente imposible la planificación previa. La velocidad de la transformación y sus efectos en los mercados, las empresas y la mano de obra son sorprendentes. En segundo lugar, la interdependencia de los sistemas financieros y comerciales mundiales y de las cadenas de suministro significa que incluso el más pequeño de los fallos locales puede tener ramificaciones planetarias. Y aunque el mundo nunca ha estado más entrelazado, parece más difícil que nunca resolver los problemas transnacionales más acuciantes.
En 1989, había una sensación de progreso humano inevitable. Se suponía que la invención de la red mundial anunciaría una nueva y floreciente era. Había una expectativa generalizada de que los bienes comunes digitales reducirían el mundo, forjarían poderosas redes de solidaridad, ampliarían la libertad de expresión y reforzarían los movimientos políticos y sociales progresistas en todas partes.
Ensayo sobre el fin de la globalización
El actual proceso de globalización, que se remonta a los años 70, incluye fases de crecimiento, contracción y mutación. Muchas de ellas corresponden a cambios estructurales en el orden económico y geopolítico mundial, como el ascenso de las potencias emergentes en Asia y el consiguiente desplazamiento del epicentro de la actividad mundial del Atlántico al Pacífico.
La Gran Recesión de finales de la década de 2000 y principios de la de 2010 ha supuesto, en gran medida, la aceleración y consolidación de estos cambios, tendencia que se refleja en el Índice Elcano de Presencia Global. La actual crisis sanitaria, económica, política y social también dejará su huella en las relaciones internacionales y en el propio proceso de globalización.
Aunque todavía es demasiado pronto para predecir todo el impacto, ya estamos viendo algunas de las consecuencias de la crisis, como las interrupciones en la producción y el consumo (y, por tanto, en el comercio). También es posible anticipar algunos de los efectos de la drástica reducción de los flujos internacionales de personas.
Globalización
Durante los últimos años, los analistas de la política mundial han observado un aumento de las tensiones y los conflictos entre los países de la zona de la OCDE. A medida que el proceso de globalización se extiende para incluir varios sectores nuevos de las economías nacionales, el multilateralismo se deteriora y quizás, en algunos sectores, alcanza el punto de ruptura. La globalización, ampliamente reconocida como un poderoso motor del crecimiento de la economía mundial durante los años 70 y 80, se está dividiendo ahora en bloques comerciales y en un minilateralismo mucho más limitado. Esta contribución pretende analizar hasta qué punto podría mejorarse la formulación de políticas para que puedan abordar y tratar los efectos de la globalización y las turbulencias en el entorno nacional e internacional.
2 El número de fin de año de The Economist: Looking Back from 2992, Vol. 325, Número 7791, 1992, comenta las consecuencias de un fracaso de la victoriosa coalición entre Estados Unidos, la Comunidad Europea y Japón.
Globalización
Al igual que la crisis de 2008, la actual pandemia y sus consecuencias podrían precipitar una ralentización de la globalización o incluso dar lugar a un proceso de desglobalización. Este estudio trata de prever y comprender las posibles formas de esa reconfiguración de las relaciones, identificando tres escenarios concretos basados en el Índice Elcano de Presencia Global.
En el primer escenario, suponemos que los efectos estructurales sobre la globalización serán similares a los de la crisis de finales de la década de 2000, tanto en términos de volumen como de naturaleza, permitiendo que los rasgos de la globalización -en todas sus dimensiones, económica, militar y blanda- permanezcan intactos.
En el segundo, suponemos un impacto más profundo, comparable a las reducciones más significativas de cada variable durante la crisis anterior, con una caída más profunda de los intercambios mundiales, en todos los ámbitos. En este escenario, el mundo experimentará un episodio de desglobalización, con una reducción del 10% en la dimensión blanda y del 9% en la dimensión económica.
El tercer y último escenario pretende dar cuenta de las especificidades respecto al anterior. Aquí, la globalización se mantendrá intacta, sobre todo en la dimensión blanda, en gran parte debido a las variables de información, tecnología y ciencia.