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La vulnerabilidad de los niños a la violencia se deriva del hecho de que dependen de sus padres o cuidadores para su desarrollo, salud y bienestar. A veces se considera a los niños como propiedad de sus padres o cuidadores, en lugar de titulares de derechos, lo que les hace vulnerables a los abusos, la negligencia, la explotación y la violencia. La dinámica de género añade otra capa de vulnerabilidad.
La violencia de género afecta de forma desproporcionada a las niñas y a las mujeres, sobre todo a través de ciertas formas de violencia como el matrimonio infantil, la violencia de pareja, la mutilación genital femenina, los asesinatos “de honor” o la trata de personas. Por este motivo, Plan International se centra en acabar con la violencia contra las niñas y las jóvenes, para satisfacer sus mayores necesidades y defender sus derechos.
Las niñas y las jóvenes suelen sufrir violencia en casa, desde castigos físicos hasta violencia sexual, emocional o psicológica. La aceptación de la violencia como un “asunto privado” a menudo impide que otros intervengan y prohíbe que las niñas y las jóvenes denuncien.
historia de la violencia doméstica en españa
4 ago 2021 España ha avanzado mucho en la batalla por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres en los últimos años. El país mediterráneo es, de hecho, uno de los primeros países europeos en materia de igualdad de género, por delante de otros países desarrollados del continente como Alemania o Austria. Los últimos informes desvelan que la brecha de género se va cerrando poco a poco, con datos que muestran un gran avance en el Índice de Brecha de Género, un indicador diseñado por el Foro Económico Mundial para medir el grado global de paridad de género y en el que España ocupa posiciones de liderazgo en prácticamente todas las áreas de evaluación.
A pesar de lo positivo que pueda parecer esta mejora, lo cierto es que el sexismo violento sigue presente en el país, con muchas mujeres que sufren malos tratos agresivos por parte de sus parejas o ex parejas, que en ocasiones terminan con la muerte de la víctima. El número de mujeres muertas por agresiones de violencia de género ha ido fluctuando, pero en general disminuyendo en las últimas décadas, registrando el pico más reciente en 2008 con 76 muertes y su registro más bajo en 2020 con 45 víctimas mortales. Las cifras sobre el número de mujeres acogidas a regímenes de protección o medidas cautelares, sin embargo, muestran resultados muy diferentes: en 2019, casi 32 mil mujeres vivían con regímenes especiales implementados para garantizar la seguridad de la víctima por culpa de su agresor. Se trata de mujeres de todas las edades, aunque las víctimas de entre 35 y 39 años constituyen el grupo más numeroso, en su mayoría solicitando protección a sus parejas de hecho o cónyuges. Las regiones con mayor número de casos son también las más pobladas, es decir, Andalucía, Cataluña, la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana. Las víctimas y sus agresores
estadísticas de la violencia doméstica en españa 2019
El escenario político y social actual demuestra que la desigualdad y la violencia contra las mujeres es un problema estructural que afecta a todas las sociedades del mundo, incluida la española. Con el ascenso global del poder económico y político de la derecha conservadora, la situación se ha agravado sin duda. Ante esto, los movimientos feministas y de mujeres han replanteado sus estrategias con el objetivo de aunar en una sola campaña todas las luchas dispares: contra el racismo; por los derechos de los migrantes; por la protección de los derechos sexuales y reproductivos; por el acceso a los servicios sanitarios, por los derechos del colectivo LGBTQI; por una vida digna y libre de violencia; y por un futuro diverso, intercultural y feminista. Esta visión haría posible un proyecto intersectorial que, sin fragmentar, concienciara sobre las violaciones de los derechos humanos de las mujeres y las niñas, mostrando a los gobiernos que la sociedad civil mundial no tolerará la violencia y está dispuesta a defender la igualdad y la no discriminación.
La necesidad de reconocer toda la magnitud de la violencia de género (VG) es una reivindicación clave del movimiento feminista español desde hace tiempo. Durante el “Paro Internacional de Mujeres” (PIM) que tuvo lugar el 8 de marzo de 2017 en varias ciudades españolas, cientos de mujeres, plataformas [1] y diversas organizaciones feministas españolas reclamaron que el Estado cumpla con su obligación de proteger contra los “viejos y nuevos” tipos de VG [2].
datos sobre la violencia doméstica en españa
El 17 de diciembre de 1997, la conciencia pública sobre la violencia de género experimentó un cambio radical y duradero en España. Ese día, Ana Orantes, una mujer de 60 años, fue quemada viva por su ex marido, en el patio de su casa, después de hablar en televisión, con toda naturalidad y sin derramar una lágrima, de las palizas, agresiones y humillaciones que había sufrido a manos de su marido durante sus 40 años de matrimonio.
Trece días antes, Ana había explicado en una tertulia de televisión cómo había presentado 15 denuncias contra él sin recibir nunca ninguna protección para ella ni para sus 11 hijos, y cómo, tras conseguir finalmente el divorcio, el juez la había obligado a compartir la misma casa que el hombre que la maltrataba, uno viviendo en el piso de arriba y el otro en el de abajo. Su ex marido hacía vida propia, había conocido a otra mujer, pero iba a menudo a la casa a ver a Ana, como hizo aquel día, después de haberla visto en la televisión, y la mató con el golpe de una cerilla y un bidón de gasolina.
Ana no recibió ningún tipo de protección, apoyo o recursos después de denunciar. No fue hasta que la asesinó que el marido de Ana ingresó en la cárcel, donde fue condenado a 17 años, pero murió en el hospital seis años después, tras sufrir un infarto en la prisión donde cumplía su condena.