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Tipos de reproduccion asexual en plantas
rizoma
Todos los seres vivos deben reproducirse para transmitir los genes a la descendencia y seguir garantizando la supervivencia de la especie. La selección natural, el mecanismo de la evolución, elige qué rasgos son adaptaciones favorables para un entorno determinado y cuáles son desfavorables. En teoría, los individuos con rasgos indeseables acabarán siendo eliminados de la población y sólo los individuos con rasgos “buenos” vivirán lo suficiente para reproducirse y transmitir esos genes a la siguiente generación.
Hay dos tipos de reproducción: la sexual y la asexual. La reproducción sexual requiere que un gameto masculino y otro femenino con genética diferente se fusionen durante la fecundación, creando así una descendencia que es diferente de los padres. La reproducción asexual sólo requiere un único progenitor que transmita todos sus genes a la descendencia. Esto significa que no hay mezcla de genes y que la descendencia es en realidad un clon del progenitor (salvo que haya algún tipo de mutación).
estratificación
En suelos pobres en nutrientes, las plantas pueden destinar más recursos a las estructuras sexuales en L. chinensis (Bai et al. 2009), P. sedoides (Nicholls 2011) y Trapella sinensis (Liu et al. 2013) (véase el cuadro 1) porque la reproducción sexual tiene el potencial de producir variaciones genéticas, que podrían aumentar la supervivencia de las plantas en el futuro (Grant 1981; Philbrick y Les 1996). Además, las semillas pueden servir como un potencial mecanismo de escape para la descendencia (Choo et al. 2015; Nicholls 2011; van Kleunen et al. 2002). El aumento de la biomasa sexual indica que la planta podría favorecer de la fundación de nuevas poblaciones en lugar de la expansión de la población actual a través de la dispersión de semillas y el banco de semillas en condiciones de escasez de recursos.Un caso ocasional en la selección de modos reproductivos en relación con el nivel de nutrientes del suelo en perennes
Una tendencia general en la selección de los modos reproductivos en relación con la intensidad de la luz en las perennesLa asignación a la reproducción sexual fue obviamente mayor en los huecos del dosel o sin sombra en Aster acuminatus (Pitelka et al. 1980), Zamai skinneri (Clark y Clark 1987), Uvularia perfoliata (Kudoh et al. 1999), Astrocaryum urostachys (Svenning 2000), C. esculentus (Li et al. 2001a), Smilacina japonica, Cardamine leucantha (Ida y Kudo 2009), e Iris japonica (Wang et al. 2013) (ver Tabla 3). El aumento del tamaño de la planta en relación con la alta intensidad de luz y la probabilidad de que las plantas más grandes florezcan más indica que el tamaño es el factor proximal que afecta a la reproducción sexual (Kudoh et al. 1999). Además, la luz podría restringir la acumulación de fotosintatos para la reproducción sexual y la diferenciación del botón floral. Muchas plantas del sotobosque en los bosques se adaptan a la poca luz y apenas se reproducen sexualmente (Kawano et al. 1990). La producción de flores se vio más afectada que la producción clonal, lo que indica que la reproducción sexual se suprime en condiciones subóptimas (Wang et al. 2013). Solo cuando se dispone de recursos adicionales, A. acuminatus invierte en una reproducción sexual mucho más arriesgada (Pitelka et al. 1980).Tabla 3 Selección de modos reproductivos según la intensidad de la luzTabla completa
injertos
Muchas plantas son capaces de propagarse por sí mismas mediante la reproducción asexual. Este método no requiere la inversión necesaria para producir una flor, atraer a los polinizadores o encontrar un medio de dispersión de semillas. La reproducción asexual produce plantas genéticamente idénticas a la planta madre porque no se mezclan los gametos masculinos y femeninos. Tradicionalmente, estas plantas sobreviven bien en condiciones ambientales estables en comparación con las plantas producidas a partir de la reproducción sexual porque llevan genes idénticos a los de sus padres.
Las plantas tienen dos tipos principales de reproducción asexual: la reproducción vegetativa y la apomixis. La reproducción vegetativa da lugar a nuevos individuos vegetales sin la producción de semillas o esporas. Muchos tipos de raíces presentan una reproducción vegetativa. El gladiolo y el ajo utilizan el cormo. Los bulbos, como el bulbo escamoso en los lirios y el bulbo tunicado en los narcisos, son otros ejemplos comunes de este tipo de reproducción. La patata es un tubérculo de tallo, mientras que la chirivía se propaga a partir de una raíz pivotante. El jengibre y el iris producen rizomas, mientras que la hiedra utiliza una raíz adventicia (una raíz que surge de una parte de la planta distinta de la raíz principal o primaria), y la planta de la fresa tiene un estolón, que también se llama estolón.
parthenog
La reproducción vegetal es la producción de nueva descendencia en las plantas, que puede llevarse a cabo mediante la reproducción sexual o asexual. La reproducción sexual produce una descendencia mediante la fusión de gametos, lo que da lugar a una descendencia genéticamente diferente de cualquiera de los padres. La reproducción asexual produce nuevos individuos sin la fusión de gametos. Las plantas clonales resultantes son genéticamente idénticas a la planta madre y entre sí, a menos que se produzcan mutaciones.
La reproducción asexual no implica la producción y fusión de gametos masculinos y femeninos. La reproducción asexual puede producirse a través de la fisión binaria, la gemación, la fragmentación, la formación de esporas, la regeneración y la propagación vegetativa.
La reproducción asexual es un tipo de reproducción en el que la descendencia procede de un solo progenitor, heredando así las características de éste. La reproducción asexual en las plantas se da en dos formas fundamentales la reproducción vegetativa y la agamospermia[1] La reproducción vegetativa implica que una pieza vegetativa de la planta original produce nuevos individuos por brotación, macollaje, etc. y se distingue de la apomixis, que es una sustitución de la reproducción sexual, y en algunos casos implica semillas. La apomixis se da en muchas especies de plantas, como el diente de león (especie Taraxacum), y también en algunos organismos no vegetales. Para la apomixis y procesos similares en organismos no vegetales, véase partenogénesis.