Cruz Roja ha reforzado en estas últimas semanas, con motivo de la campaña de la aceituna, sus servicios de acogida integral y atención en asentamientos a personas inmigrantes. Y es que cada año, por estas fechas, la entidad incrementa su trabajo con este colectivo, ante la llegada a la provincia de personas que buscan una oportunidad laboral en el campo cordobés.
Así, el voluntariado de la institución humanitaria intensifica en estas fechas sus visitas a los asentamientos que hay tanto en la capital como en distintos puntos de la provincia, en municipios como Baena, Fernán Núñez, Cañete de las Torres, Bujalance, Montoro, Adamuz, Valenzuela, Rute o Priego de Córdoba.
En dichas visitas se informa a las personas inmigrantes sobre los servicios sociales de la zona y de Cruz Roja, al tiempo que se les reparte ayuda humanitaria para combatir los efectos del frío y la falta de recursos: material de abrigo, alimentos y productos de higiene.
La intervención que la organización realiza en estos campamentos, enmarcada dentro del proyecto de “Atención a personas vulnerables en asentamientos”, se completa con cuestiones relacionadas con la gestión de residuos, salud sexual y los hábitos ocupacionales y educativos de los menores.
De igual modo, Cruz Roja –que cuenta para toda esta labor con el respaldo de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía- dispone de centros de estancia diurna en Baena y Rute, donde las personas inmigrantes encuentran desde atención social y cobertura sanitaria hasta un lugar donde descansar, comer, ducharse y lavar la ropa.
Y, por último, los servicios de la entidad en este ámbito se completan con las once oficinas de atención social a inmigrantes que tiene repartidas por la provincia, en las que aquellos que lo necesitan pueden hallar asesoramiento sobre recursos y apoyo jurídico, psicológico, laboral, sanitario o en materia de vivienda.
El perfil predominante entre los algo más de un millar de inmigrantes atendidos en asentamientos por la institución humanitaria este año es el de un varón, con una edad comprendida entre los 20 y los 50 años, y de origen mayoritariamente rumano o marroquí, aunque a lo largo del año se han registrado atenciones a personas de más de casi una treintena de países diferentes.
Toda esta labor es posible gracias a la colaboración altruista de las algo más de un centenar de personas que colaboran como voluntarias con este departamento de Cruz Roja.