Los agricultores de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Baena se manifestaron masivamente ayer en Madrid “en defensa de la calidad y por unos precios justos” como así rezaba en la pancarta que exhibieron en la multitudinaria protesta convocada por las tres principales organizaciones agrarias, Asaja, COAG y UPA y las Cooperativas Agroalimentarias que recorrió las principales calles de la capital de España para exigir “Precios justos para un olivar vivo” y reclamar al Gobierno medidas que garanticen el mantenimiento del cultivo del olivar.
Con esta acción los oleicultores de la DOP Baena sumaron sus esfuerzos a los de otros muchos miles de agricultores andaluces con el fin de que se oiga su voz antes las instituciones, con la intención de que estas defiendan y apoyen decididamente este sector ante la fuerte inestabilidad de los precios, que con sus continuas bajadas hacen peligrar la rentabilidad económica de este cultivo, especialmente en el olivar tradicional, que a su vez es motor principal de la actividad económica de muchos municipios andaluces, incluidos los de la comarca de la DOP Baena.
La manifestación que partía a las 11.30 horas desde la Puerta de Alcalá y concluía en Atocha, ante las puertas del Ministerio de Agricultura donde se leyó un manifiesto con las reivindicaciones, ha contado con una masiva participación, cifrada entre 20.000 y 30.000 personas, según los organizadores, aunque fuentes policiales han rebajado la cifra entre 15.000 y 20.000. Todos ellos han marchado bajo un sol de justicia poco habitual en estas fechas y que se convierte este año en otro de los enemigos del sector.
En el camino fueron apareciendo representantes de diversos partidos políticos, como Alberto Garzón (IU), Inés Arrimadas, (Cs) o Javier Ortega Smith (Vox) que mostraron su solidaridad con el colectivo pero a quienes se les pidió que no ocuparan los puestos de cabeza de la marcha, reservados sólo para los representantes de las organizaciones convocantes entre los que estaban Rafael Navas de Asaja; Miguel Cobos de UPA, Carmen Quintero de COAG y Rafael Sánchez de Puerta de Cooperativas Agroalimentarias.
Entre las reivindicaciones leídas en el manifiesto, la fundamental, que se garanticen unos precios justos para el aceite de oliva y que se permitan mecanismos de regulación, como el almacenamiento privado, que eviten oscilaciones excesivas que perjudican a los productores en unos casos y a los consumidores en otros.
Los olivareros se quejan de que los bajos precios que se pagan ahora en origen están obligando a los agricultores a producir a pérdidas. A esta situación se ha unido el anuncio de Donald Trump de imponer aranceles a éste y otros artículos españoles que pondrán en riesgo el mantenimiento de muchas explotaciones por falta de rentabilidad.