Los municipios con monocultivo del olivar cuentan con la mayor tasa de paro femenina, ya que las mujeres no encontraron en el auge de la mecanización y la industrialización del olivar nuevas ocupaciones que mejoraran su calidad de empleo. Esta era la situación de Raquel Serrano, de Beas (Huelva), que cansada del «ir y venir» del trabajo de temporera, decidió buscar una salida que le proporcionara mayor estabilidad laboral en el sector.
En verano de 2005, a traves del proyecto Equal Itinerarios de Igualdad en el Olivar (IGEO), Raquel recibió formación tanto por la técnica de «historias de la vida», en la que mujeres mayores del olivar les transmitían sus experiencias, como por cursos formales en los que aprendió a elaborar cosmética a partir de aceite reciclado y a catar.
Pero el curso más provechoso fue el que acabó dándole el empleo de calidad que buscaba y la convirtió en una de las primeras maestras de molino de Andalucía. Raquel está contenta de seguir trabajando en el sector del aceite ya que «el olivar es lo que conozco de toda la vida y lo que me gusta. Mi sueño es vivir por y para el aceite».