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Conejo reloj alicia pais maravillas
reloj de bolsillo de alicia en el país de las maravillas
El Conejo Blanco es un personaje ficticio y antropomórfico del libro de Lewis Carroll de 1865 Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas. Aparece al principio del libro, en el capítulo uno, con un chaleco y murmurando “¡Oh, cielos! ¡Oh, cielos! Llegaré demasiado tarde”. Alicia le sigue por la madriguera del conejo hasta el País de las Maravillas. Alicia vuelve a encontrarse con él cuando la confunde con su criada Mary Ann y queda atrapada en su casa tras crecer demasiado. El Conejo vuelve a aparecer en los últimos capítulos, como sirviente de los Reyes de Corazones.
En su artículo “Alicia en el escenario”, Carroll escribió: “Y el Conejo Blanco, ¿qué pasa con él? ¿Estaba enmarcado en las líneas de ‘Alicia’, o se suponía que era un contraste? Como contraste, claramente. En lugar de su “juventud”, “audacia”, “vigor” y “rapidez de propósitos”, léase “anciano”, “tímido”, “débil” y “nervioso”, y se entenderá lo que quería decir. Creo que el Conejo Blanco debería llevar gafas. Estoy seguro de que su voz debería temblar, y sus rodillas temblar y todo su aire sugerir una total incapacidad para decir ‘Boo’ a un ganso”[1].
wikipedia
Alicia y el Minotauro Amigo han decidido ir en busca del Arquitecto. Alicia quiere preguntarle al Arquitecto, que diseñó el laberinto del Minotauro, si se utilizaron números en el diseño del laberinto. Espera que el Arquitecto pueda ayudarla a entender qué son los números.
¿Por dónde empezamos a buscar? preguntó Alice. No tenía ni idea de qué clase de persona -o criatura- era el Arquitecto del que hablaba el Minotauro, así que tampoco tenía idea de por dónde empezar a buscar. El Minotauro lo pensó mientras apoyaba la barbilla en uno de sus cascos. Necesitamos a alguien que nos diga dónde vive el Arquitecto”. Dijo después de un rato. Necesitamos a alguien que conozca el País de las Maravillas”. Frunció profundamente el ceño y movió los ojos como si tratara de mirar dentro de su propia cabeza. Y entonces, de repente, sus ojos se iluminaron y dijo con voz fuerte ‘¡primero deberíamos ir a buscar al Conejo Blanco!’ El Minotauro continuó con un tono de voz más calmado ‘El Conejo Blanco ha sido un sirviente de la Reina durante mucho tiempo, así que debe saber muchas cosas sobre el País de las Maravillas. Quizá pueda decirnos dónde encontrar al Arquitecto”.
cita del tiempo del conejo de alicia en el país de las maravillas
El Conejo Blanco es un personaje ficticio y antropomórfico del libro de Lewis Carroll de 1865 Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas. Aparece al principio del libro, en el capítulo uno, con un chaleco y murmurando “¡Oh, cielos! ¡Oh, cielos! Llegaré demasiado tarde”. Alicia le sigue por la madriguera del conejo hasta el País de las Maravillas. Alicia vuelve a encontrarse con él cuando la confunde con su criada Mary Ann y queda atrapada en su casa tras crecer demasiado. El Conejo vuelve a aparecer en los últimos capítulos, como sirviente de los Reyes de Corazones.
En su artículo “Alicia en el escenario”, Carroll escribió: “Y el Conejo Blanco, ¿qué pasa con él? ¿Estaba enmarcado en las líneas de ‘Alicia’, o se suponía que era un contraste? Como contraste, claramente. En lugar de su “juventud”, “audacia”, “vigor” y “rapidez de propósitos”, léase “anciano”, “tímido”, “débil” y “nervioso”, y se entenderá lo que quería decir. Creo que el Conejo Blanco debería llevar gafas. Estoy seguro de que su voz debería temblar, y sus rodillas temblar y todo su aire sugerir una total incapacidad para decir ‘Boo’ a un ganso”[1].
personaje ficticio del conejo blanco
A lo largo de la película, el Conejo Blanco siempre lleva su reloj para saber la hora a la que debe llegar a la Reina de Corazones cada vez que el Conejo Blanco aparece en pantalla, preocupado porque llega constantemente tarde en muchas escenas,
Cuando el Conejo se precipita en la fiesta del té, el reloj le es arrebatado por el Sombrerero Loco, que considera que el reloj lleva dos días de retraso (así como la razón por la que el conejo llega tarde), y procede a quitarle varias piezas al reloj con un tenedor. La Liebre de Marzo le proporciona entonces al Sombrerero condimentos para llenarlo, como mantequilla, té, 2 cucharadas de azúcar, mermelada, mostaza (que fue rechazada) y el zumo de un trozo de limón.
Como resultado, el reloj se vuelve loco y comienza a arrasar con la mesa de té. La Liebre de Marzo hace entonces lo único que puede detener a un reloj loco: coge un mazo y rompe el reloj por completo, lo que hace que el Sombrerero Loco declare que el reloj sólo llevaba dos días de retraso antes de devolver lo que queda del reloj del Conejo Blanco a su dueño, para su consternación.