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La inteligencia se construye usandola
Inteligencia artificial frente a aprendizaje automático
La inteligencia humana es la capacidad intelectual de los seres humanos, que se caracteriza por hazañas cognitivas complejas y altos niveles de motivación y autoconciencia[1]. La inteligencia elevada se asocia con mejores resultados en la vida[2].
Como constructo y medido mediante tests de inteligencia, la inteligencia se considera uno de los conceptos más útiles de la psicología, ya que se correlaciona con muchas variables relevantes, por ejemplo la probabilidad de sufrir un accidente, el salario, etc.[6].
Varios estudios han demostrado que existe una correlación entre el coeficiente intelectual y la miopía[8]. Algunos sugieren que la razón de la correlación es ambiental, ya que las personas con un coeficiente intelectual más alto tienen más probabilidades de dañar su vista con la lectura prolongada, o al revés, ya que las personas que leen más tienen más probabilidades de alcanzar un coeficiente intelectual más alto, mientras que otros sostienen que existe un vínculo genético[9].
Hay pruebas de que el envejecimiento provoca un declive de las funciones cognitivas. En un estudio transversal, se midieron varias funciones cognitivas con un descenso de aproximadamente 0,8 en la puntuación z entre los 20 y los 50 años; las funciones cognitivas incluían la velocidad de procesamiento, la memoria de trabajo y la memoria a largo plazo[10].
Inteligencia artificial general
La inteligencia artificial (IA) hace posible que las máquinas aprendan de la experiencia, se ajusten a nuevas entradas y realicen tareas similares a las humanas. La mayoría de los ejemplos de IA de los que se oye hablar hoy en día -desde ordenadores que juegan al ajedrez hasta coches que se conducen solos- se basan en gran medida en el aprendizaje profundo y el procesamiento del lenguaje natural. Gracias a estas tecnologías, se puede entrenar a los ordenadores para que realicen tareas específicas procesando grandes cantidades de datos y reconociendo patrones en ellos.
Las primeras investigaciones sobre IA en la década de 1950 exploraron temas como la resolución de problemas y los métodos simbólicos. En los años 60, el Departamento de Defensa de EE.UU. se interesó por este tipo de trabajo y comenzó a entrenar a los ordenadores para que imitaran el razonamiento humano básico. Por ejemplo, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) llevó a cabo proyectos de cartografía de calles en la década de 1970. Y DARPA produjo asistentes personales inteligentes en 2003, mucho antes de que Siri, Alexa o Cortana fueran nombres conocidos.
Estos primeros trabajos allanaron el camino para la automatización y el razonamiento formal que vemos hoy en día en los ordenadores, incluidos los sistemas de apoyo a la toma de decisiones y los sistemas de búsqueda inteligente que pueden diseñarse para complementar y aumentar las capacidades humanas.
Visión por ordenador
La inteligencia artificial (IA) hace posible que las máquinas aprendan de la experiencia, se ajusten a nuevas entradas y realicen tareas similares a las humanas. La mayoría de los ejemplos de IA de los que se oye hablar hoy en día -desde ordenadores que juegan al ajedrez hasta coches que se conducen solos- se basan en gran medida en el aprendizaje profundo y el procesamiento del lenguaje natural. Gracias a estas tecnologías, se puede entrenar a los ordenadores para que realicen tareas específicas procesando grandes cantidades de datos y reconociendo patrones en ellos.
Las primeras investigaciones sobre IA en la década de 1950 exploraron temas como la resolución de problemas y los métodos simbólicos. En los años 60, el Departamento de Defensa de EE.UU. se interesó por este tipo de trabajo y comenzó a entrenar a los ordenadores para que imitaran el razonamiento humano básico. Por ejemplo, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) llevó a cabo proyectos de cartografía de calles en la década de 1970. Y DARPA produjo asistentes personales inteligentes en 2003, mucho antes de que Siri, Alexa o Cortana fueran nombres conocidos.
Estos primeros trabajos allanaron el camino para la automatización y el razonamiento formal que vemos hoy en día en los ordenadores, incluidos los sistemas de apoyo a la toma de decisiones y los sistemas de búsqueda inteligente que pueden diseñarse para complementar y aumentar las capacidades humanas.
Inteligencia artificial
En su forma más simple, la inteligencia artificial es un campo que combina las ciencias de la computación y conjuntos de datos robustos para permitir la resolución de problemas. También abarca los subcampos del aprendizaje automático y el aprendizaje profundo, que se mencionan con frecuencia junto con la inteligencia artificial. Estas disciplinas se componen de algoritmos de IA que buscan crear sistemas expertos que hagan predicciones o clasificaciones basadas en datos de entrada.
La IA fuerte está compuesta por la Inteligencia General Artificial (AGI) y la Superinteligencia Artificial (ASI). La inteligencia general artificial (AGI), o IA general, es una forma teórica de IA en la que una máquina tendría una inteligencia igual a la de los humanos; tendría una conciencia autoconsciente que tiene la capacidad de resolver problemas, aprender y planificar el futuro. La Superinteligencia Artificial (ASI) -también conocida como superinteligencia- superaría la inteligencia y la capacidad del cerebro humano. Aunque la IA fuerte sigue siendo totalmente teórica y no hay ejemplos prácticos en uso hoy en día, eso no significa que los investigadores de IA no estén explorando su desarrollo. Mientras tanto, los mejores ejemplos de ASI podrían provenir de la ciencia ficción, como HAL, el asistente informático superhumano y rebelde de 2001: Una odisea del espacio.