Contenidos
Quien descubrio que la tierra gira alrededor del sol
Nicolás copérnicomatemático
Movimiento del Sol (amarillo), la Tierra (azul) y Marte (rojo). A la izquierda, el movimiento heliocéntrico de Copérnico. A la derecha, el movimiento geocéntrico tradicional, incluido el movimiento retrógrado de Marte. Para simplificar, el periodo de revolución de Marte se representa como 2 años en lugar de 1,88, y las órbitas se representan como perfectamente circulares o epitrocoides.
La Revolución Copernicana supuso el cambio de paradigma del modelo tolemaico de los cielos, que describía el cosmos con la Tierra inmóvil en el centro del universo, al modelo heliocéntrico con el Sol en el centro del Sistema Solar. En 1593 se inició la Revolución Coperniciana[1], que constó de dos fases: la primera, de carácter extremadamente matemático, y la segunda, que comenzó en 1610 con la publicación de un panfleto de Galileo[2]. A partir de la publicación del De revolutionibus orbium coelestium de Nicolás Copérnico, las contribuciones a la “revolución” continuaron hasta terminar finalmente con la obra de Isaac Newton más de un siglo después.
Johannes kepler
El heliocentrismo[a] es el modelo astronómico en el que la Tierra y los planetas giran alrededor del Sol en el centro del Universo. Históricamente, el heliocentrismo se oponía al geocentrismo, que situaba la Tierra en el centro. La noción de que la Tierra gira alrededor del Sol fue propuesta ya en el siglo III a.C. por Aristarco de Samos,[1] que había sido influenciado por un concepto presentado por Filolao de Crotona (c. 470 – 385 a.C.). En el siglo V a.C., los filósofos griegos Filolao e Hicetas pensaron en distintas ocasiones que nuestra Tierra era esférica y giraba en torno a un fuego central “místico”, y que este fuego regulaba el universo[2]. Sin embargo, en la Europa medieval, el heliocentrismo de Aristarco atrajo poca atención, posiblemente debido a la pérdida de las obras científicas del periodo helenístico[b].
No fue hasta el siglo XVI que el matemático, astrónomo y clérigo católico del Renacimiento, Nicolás Copérnico, presentó un modelo matemático de un sistema heliocéntrico, lo que condujo a la Revolución Copernicana. En el siglo siguiente, Johannes Kepler introdujo las órbitas elípticas y Galileo Galilei presentó observaciones de apoyo realizadas con un telescopio.
Pruebas de que la tierra gira alrededor del sol
La idea de que el Sol está en el centro del Sistema Solar parece contradecir el hecho “obvio” de que se mueve por el cielo, junto con todos los demás planetas. Si combinamos esto con la doctrina religiosa de que la Tierra es el centro de todo, no es de extrañar que la llamada “teoría heliocéntrica” no se estableciera hasta el siglo XVI.
El mérito es del astrónomo polaco Nicolás Copérnico, cuyo tratado Las revoluciones de las esferas celestes (1543) sostenía que el movimiento del Sol era el resultado del giro de la Tierra sobre su eje. Aun así, Copérnico mantuvo la antigua noción de que el Sistema Solar estaba formado por esferas concéntricas, dentro de las cuales los planetas se movían en “epiciclos” parecidos a engranajes.
Copérnico tampoco fue el primero en situar al Sol en el centro de todo. Unos 1.800 años antes, el astrónomo griego Aristarco de Samos también había propuesto la misma idea. Al igual que algunos estudiosos anteriores, sostenía que la Tierra giraba sobre su eje, pero también se daba cuenta de que esto planteaba la posibilidad de que el movimiento aparente del Sol por el cielo fuera una ilusión. Por desgracia, Aristarco se adelantó tanto a su tiempo que no pudo aportar ninguna prueba concluyente.
Ptolomeo
En astronomía, el modelo geocéntrico (también conocido como geocentrismo, a menudo ejemplificado específicamente por el sistema ptolemaico) es una descripción superada del Universo con la Tierra en el centro. Según el modelo geocéntrico, el Sol, la Luna, las estrellas y los planetas orbitan alrededor de la Tierra[1] El modelo geocéntrico fue la descripción predominante del cosmos en muchas civilizaciones antiguas, como las de Aristóteles en la Grecia clásica y Ptolomeo en el Egipto romano.
Las predicciones astronómicas del modelo geocéntrico de Ptolomeo, desarrollado en el siglo II de nuestra era, sirvieron de base para la elaboración de cartas astrológicas y astronómicas durante más de 1500 años. El modelo geocéntrico se mantuvo hasta principios de la Edad Moderna, pero a partir de finales del siglo XVI fue sustituido gradualmente por el modelo heliocéntrico de Copérnico (1473-1543), Galileo (1564-1642) y Kepler (1571-1630). Hubo mucha resistencia a la transición entre estas dos teorías. Algunos consideraban que una teoría nueva y desconocida no podía subvertir el consenso aceptado para el geocentrismo.