La Consejería de Salud y Familias activó el mes pasado el Plan de Prevención frente a las Altas Temperaturas, que contempla, entre otras medidas, la vigilancia y supervisión durante todo el verano de ciudadanos que son más vulnerables al calor, como son las personas mayores, pacientes crónicos, personas con trastorno mental grave, menores de cuatro años (especialmente lactantes), pacientes polimedicados o que toman fármacos que pueden influir en la adaptación del organismo al calor (psicotrópicos, antidepresivos, hipotensores y diuréticos), así como profesionales de distintos ámbitos que trabajan expuestos al sol.
En este grupo de población, más sensible a los efectos de las altas temperaturas, se encuentran censados en lo que va de verano por parte del Gobierno andaluz más de 1.200 cordobeses, de los que más de 300 residen en la capital cordobesa. El año pasado, desde la Consejería de Salud, se realizó seguimiento telefónico, entre mayo y septiembre, a 1.427 cordobeses, a través del servicio de Salud Responde, para comprobar que estas personas se encontraban bien y que estaban siguiendo las recomendaciones para prevenir las consecuencias del calor.
Aunque los últimos días se han anotado en Córdoba unas temperaturas más agradables de las que se han venido registrando en los últimos años a comienzos de julio, la Junta advierte de los riesgos de estar expuestos al sol, sobre todo en las horas centrales del día, y recuerda que en lo que va de verano se ha tenido que lamentar en la provincia cordobesa una defunción por golpe de calor y el ingreso de otra persona.
Por tanto, el objetivo fundamental del Plan de Prevención de las Altas Temperaturas es evitar los golpes de calor y la insolación y el agravamiento de las patologías de las personas en una situación de salud delicada. Para ello, la Consejería de Salud recuerda que no es aconsejable realizar actividades de esfuerzo o deporte al aire libre en las horas centrales del día.
Asimismo, insisten en que es necesario mantener una adecuada hidratación, vestir ropas ligeras y realizar comidas menos copiosas (más ricas en frutas y verduras y con menos grasas). Por otro lado, también es recomendable mantener las ventanas cerradas en las horas de más calor, echar los toldos, ducharse con frecuencia (no con agua demasiado helada) y poner el aire acondicionado si se posee, pero sin estar expuesto directamente a esa corriente fría.