Dietas bajas en hidratos de carbono

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María-Eugenia FrigoletDepartamento de Investigación, Hospital General ‘Dr. Manuel Gea González’Calz. de Tlalpan 4800, Col. Sección XVCiudad de México, D.F. 14080 (México)Tel. +52 55 528 42 28, E-Mail [email protected]

Las dietas bajas en carbohidratos (DBC) se han hecho muy populares entre la población general. Estas dietas se han utilizado para perder peso corporal y para mejorar diversas anomalías como la diabetes, la enfermedad del hígado graso no alcohólico, el síndrome de ovario poliquístico, la narcolepsia y la epilepsia, entre otras. Los informes sugieren que la reducción del peso corporal y el control de la glicemia podrían alcanzarse siguiendo la LChD. Sin embargo, estas ventajas son más notables en períodos cortos de consumo de una LChD. De hecho, la seguridad y la eficacia de estas últimas dietas a largo plazo no se han explorado suficientemente. Al contrario de lo que se ha propuesto, otras patologías mencionadas no mejoran o incluso empeoran con la restricción de carbohidratos. Por lo tanto, el objetivo de esta revisión es definir el concepto de LChD y explicar sus efectos clínicos a corto y largo plazo, su influencia en el metabolismo y la opinión de las autoridades nutricionales o sanitarias. Por último, poner de manifiesto las lagunas en la investigación de las LChD que aquí se exponen permitirá posteriormente llegar a un consenso respecto a su utilización.

desventajas de la dieta baja en carbohidratos

Una dieta baja en carbohidratos limita los hidratos de carbono -como los que se encuentran en los cereales, las verduras con almidón y la fruta- y hace hincapié en los alimentos ricos en proteínas y grasas. Existen muchos tipos de dietas bajas en carbohidratos. Cada una de ellas impone distintas restricciones en cuanto a los tipos y las cantidades de hidratos de carbono que se pueden consumir.

Una dieta baja en carbohidratos restringe la cantidad de éstos que se consumen. Los hidratos de carbono se agrupan en naturales simples (la lactosa de la leche y la fructosa de la fruta), refinados simples (azúcar de mesa), naturales complejos (cereales integrales o legumbres) y refinados complejos (harina blanca).

En general, una dieta baja en carbohidratos se centra en las proteínas y en algunas verduras sin almidón. Una dieta baja en carbohidratos suele limitar los cereales, las legumbres, las frutas, los panes, los dulces, las pastas y las verduras con almidón, y a veces los frutos secos y las semillas. Sin embargo, algunos planes de dieta baja en carbohidratos permiten pequeñas cantidades de frutas, verduras y cereales integrales.

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Un límite diario de 20 a 57 gramos de hidratos de carbono es típico en una dieta baja en carbohidratos. Estas cantidades de carbohidratos aportan entre 80 y 240 calorías. Algunas dietas bajas en carbohidratos restringen mucho los carbohidratos durante la fase inicial de la dieta y luego aumentan gradualmente el número de carbohidratos permitidos.

dieta alta en carbohidratos

La pérdida de peso se consigue normalmente con estrategias que dan lugar a una ingesta de energía más baja en relación con la energía utilizada. Las dietas bajas en carbohidratos nuevas o de moda -como Atkins o Paleo- pueden parecer atractivas, pero las pruebas de su eficacia a largo plazo son limitadas.

La pérdida de peso se consigue normalmente con estrategias que dan lugar a una menor ingesta de energía en relación con la energía utilizada. Las dietas nuevas o de moda que prometen una pérdida de peso rápida pueden parecer atractivas. En la población con sobrepeso y obesidad, las dietas bajas en hidratos de carbono parecen ser al menos tan eficaces como otras dietas de restricción energética para lograr la pérdida de peso durante el primer año, pero las pruebas de su eficacia a largo plazo son limitadas. Sin embargo, en el caso de los deportistas, un enfoque bajo en carbohidratos para el control de peso puede dar lugar a una ingesta inadecuada de nutrientes y energía y a un ciclo de peso, lo que puede tener efectos perjudiciales para el rendimiento.

Es importante distinguir entre las distintas dietas de restricción de carbohidratos. Las dietas muy bajas en carbohidratos (VLCD) recomiendan una ingesta energética máxima del 10% de carbohidratos (~ 20-60g por día). Las dietas más populares de esta categoría son la dieta Atkins y la dieta Banting o la dieta LCHF (baja en carbohidratos y alta en grasas). Otras dietas bajas en carbohidratos, como la dieta paleo (o cavernícola), proporcionan un poco más de carbohidratos (alrededor del 25-40% de la ingesta energética o 60-100g de carbohidratos al día).

plan de dieta baja en carbohidratos para perder peso

El uso de dietas bajas o nulas en carbohidratos ha sido durante mucho tiempo una opción terapéutica en diversas condiciones mórbidas. Aunque a lo largo de los años ha habido una posición fluctuante, unas veces desfavorable y otras favorable, respecto a su uso en la práctica clínica, actualmente, a la luz de la evidencia de la literatura, se encuentra cada vez más evidencia a su favor, pero sólo en determinadas condiciones clínicas (1-18).

Es útil aclarar que el término “dietas hiperproteicas”, utilizado a menudo para referirse a las dietas bajas en carbohidratos, es incorrecto porque las dietas caracterizadas por la reducción de la carga de carbohidratos también pueden ser dietas normo-proteicas.

Desde el punto de vista metabólico, las dietas hipocalóricas (LCD) con bajo contenido en hidratos de carbono (20-120 g de hidratos de carbono/día), que aportan entre 1.000 y 1.200 calorías diarias, están indicadas en el tratamiento de la obesidad, ya que promueven un menor aumento de la insulina y un incremento del glucagón, lo que genera una mayor oxidación de las grasas (1). Sin embargo, a pesar de la teoría del modelo insulina-carbohidrato, los ensayos clínicos que compararon la LCD con las dietas bajas en grasas e isoproteínas (DIG) informaron de una pérdida de peso similar (2, 3) y de una mayor pérdida de grasa cuando se reduce la ingesta de lípidos pero no de carbohidratos (4). Además, un metaanálisis de 32 estudios controlados muestra que el gasto energético y la pérdida de grasa son considerablemente mayores con las DLG que con las LCD isocalóricas (5).

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