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Cuento infantil de caperucita roja
texto de caperucita roja
Este es el cuento de Caperucita Roja para niños. Hace mucho tiempo, vivía una bonita niña que siempre llevaba una capa roja con capucha. Se la conocía como Caperucita Roja. Un día, iba a visitar a su abuela que se encontraba en lo más profundo del bosque. Su madre le advirtió que no debía hablar con extraños. Lee también el cuento de Rapunzel.
En el bosque, vivía un lobo malo. El lobo vio a Caperucita Roja y quiso comérsela. Fue a hablar con ella y averiguó a dónde iba. Primero decidió comerse a su abuela y luego esperarla. Llegó a la casa de la abuela y se la engulló entera. Luego se puso rápidamente su ropa y se metió en la cama esperando a la nieta. Lee también el cuento de Cenicienta
Cuando la caperucita roja llegó, se sorprendió al ver los grandes brazos y orejas de su abuela y sus grandes dientes. El lobo soltó una carcajada malvada y se abalanzó sobre ella en un instante. Caperucita Roja estaba muy asustada y gritó pidiendo ayuda. Un amable leñador pasaba por la casa y vio al gran lobo intentando atrapar a la niña. Inmediatamente golpeó al lobo en la cabeza con su hacha.
cuento de caperucita roja con moraleja
“Caperucita Roja” es un cuento europeo sobre una niña y un lobo feroz[1]. Sus orígenes se remontan a varios cuentos populares europeos anteriores al siglo XVII. Las dos versiones más conocidas fueron escritas por Charles Perrault[2] y los hermanos Grimm.
La historia se ha modificado considerablemente en varias reediciones y ha sido objeto de numerosas adaptaciones y lecturas modernas. Otros nombres del cuento son: “Caperucita Roja” o simplemente “Caperucita Roja”. Es el número 333 en el sistema de clasificación de cuentos populares de Aarne-Thompson[3].
La historia gira en torno a una niña llamada Caperucita Roja. En las versiones de Perrault del cuento, se la llama así por la capa/capucha roja que lleva. La niña camina por el bosque para llevar comida a su abuela enferma (vino y pastel, según la traducción). En la versión de los Grimm, su madre le había ordenado permanecer estrictamente en el camino.
Un lobo feroz quiere comerse a la niña y la comida de la cesta. La acecha en secreto detrás de los árboles, arbustos, matorrales y parches de hierba pequeña y alta. Se acerca a Caperucita Roja, que ingenuamente le dice a dónde va. Le sugiere a la niña que recoja unas flores para regalárselas a su abuela, cosa que ella hace. Mientras tanto, va a la casa de la abuela y consigue entrar haciéndose pasar por ella. Se traga a la abuela entera (en algunas historias, la encierra en el armario) y espera a la niña, disfrazada de abuela.
los tres cerditos
“Caperucita Roja” es un cuento europeo que se remonta al siglo X. Tomando extractos de varios cuentos populares europeos, entre ellos uno de Italia llamado La falsa abuela, dos de las versiones más conocidas fueron escritas por Charles Perrault en el siglo XVII y posteriormente por los hermanos Grimm. Sin embargo, el antropólogo Tehrani cree que la historia puede tener su origen en un poema del siglo XI grabado por un sacerdote de Bélgica.
“Caperucita Roja” o “Caperucita Roja” fueron otros de los nombres del cuento. Interpretado de numerosas maneras en distintas culturas, este cuento clásico ha sido objeto de innumerables adaptaciones modernas en la literatura, la televisión, la animación y el cine, la música, los musicales y los juegos, hasta convertirse en uno de los favoritos de sus lectores. Este cuento popular encierra fantasías, experiencias y misterios que hacen volar nuestra imaginación, convirtiendo el cuento de Caperucita Roja en uno de los favoritos de los niños de todas las edades. Averigüemos qué le ocurre exactamente a la niña con túnica roja que se adentra en el bosque y se encuentra con un lobo.
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Un día, la madre de Caperucita Roja le dijo: “Lleva esta cesta de golosinas a la casa de tu abuela, pero no hables con extraños por el camino”. Prometiendo que no lo haría, Caperucita Roja partió. En el camino se encontró con el Lobo Feroz, que le preguntó: “¿Adónde vas, niña?”. “A casa de mi abuela, señor lobo”, respondió.
El Lobo Feroz corrió entonces hasta la casa de su abuela, mucho antes que Caperucita, y llamó a la puerta. Cuando la abuela abrió la puerta, la encerró en el armario. El lobo malvado se puso entonces la ropa de la abuela y se tumbó en su cama, esperando a Caperucita Roja.
Cuando Caperucita Roja llegó a la cabaña, entró y se acercó a la cama de la abuela. “¡Vaya! Qué ojos tan grandes tienes, abuela!”, dijo sorprendida. “¡Tanto mejor para verte, querida!”, respondió el lobo. “¡Vaya! Qué orejas tan grandes tienes, abuela!”, dijo Caperucita Roja. “¡Mejor para oírte, querida!”, dijo el lobo. “¡Qué dientes tan grandes tienes, abuela!”, dijo Caperucita. “¡Mejor para comerte!”, gruñó el lobo abalanzándose sobre ella. Caperucita gritó y los leñadores del bosque acudieron corriendo a la cabaña. Derrotaron al lobo feroz y rescataron a la abuela del armario. La abuela abrazó a Caperucita Roja con alegría. El Lobo Feroz huyó para no ser visto nunca más. Caperucita Roja había aprendido la lección y nunca más volvió a hablar con extraños.