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Como afecta la radioactividad a las personas
Efectos de la radiación en el medio ambiente pdf
La radiación ionizante -la que emiten los minerales, las bombas atómicas y los reactores nucleares- hace una cosa principal al cuerpo humano: debilita y rompe el ADN, dañando las células lo suficiente como para matarlas o haciendo que muten de forma que puedan acabar provocando cáncer.
Tras el terremoto y el tsunami de la semana pasada en Japón, cuatro reactores nucleares de la central de Fukushima Daiichi están dañados y liberan radiación. Los trabajadores que intentan evitar que los reactores empeoren se están exponiendo ellos mismos, mientras que el gobierno japonés ha hecho un llamamiento a la evacuación de cualquier persona que se encuentre en un radio de 20 kilómetros de la planta.
La radiación nuclear, a diferencia de la radiación de una bombilla o un microondas, es lo suficientemente energética como para ionizar los átomos desprendiendo sus electrones. Esta radiación ionizante puede dañar las moléculas de ADN directamente, rompiendo los enlaces entre los átomos, o puede ionizar las moléculas de agua y formar radicales libres, que son altamente reactivos y también alteran los enlaces de las moléculas circundantes, incluido el ADN.
Peter Dedon, miembro del Comité de Protección Radiológica del MIT, explica: “Lo que ocurre es que el núcleo de los elementos radiactivos sufre una desintegración y emite partículas de alta energía. Si te interpones en el camino de esas partículas, van a interactuar con las células de tu cuerpo. Literalmente, tienes una partícula, un paquete de energía, que se mueve a través de tus células y tejidos”.
Exposición a la radiación
La radiación es una energía que se desplaza por el espacio o la materia a una velocidad muy elevada. Esta energía puede presentarse en forma de partículas, como las partículas alfa o beta, que emiten los materiales radiactivos, u ondas como la luz, el calor, las ondas radioeléctricas, las microondas, los rayos X y los rayos gamma. Los materiales radiactivos, también conocidos como radionúclidos o radioisótopos, son átomos que son inestables. En la naturaleza, los átomos inestables tienden a cambiar a una forma estable. Al cambiar de forma, liberan radiación.
La radiación que puede producir iones cuando interactúa con la materia se denomina radiación ionizante. Los iones son las partículas cargadas que se producen cuando los electrones se desprenden de sus posiciones en los átomos. Las partículas alfa, las partículas beta, los rayos X y los rayos gamma son formas de radiación ionizante. Por otro lado, las radiaciones que no son capaces de producir iones en la materia se conocen como radiaciones no ionizantes.
Las ondas radioeléctricas, las microondas, las ondas de calor, la luz visible y la radiación ultravioleta son formas de radiación no ionizante. Este folleto se centra en los efectos sobre la salud de las radiaciones ionizantes. Para obtener información sobre la radiación no ionizante, póngase en contacto con el Departamento de Salud del Estado de Nueva York llamando al 518-402-7550.
Efectos nocivos de la radiación en el ser humano
La sección principal de este artículo puede ser demasiado corta para resumir adecuadamente los puntos clave. Por favor, considere la posibilidad de ampliar el lead para proporcionar una visión general accesible de todos los aspectos importantes del artículo. (Noviembre 2019)
El daño por radiación es el efecto de la radiación ionizante en los objetos físicos. La radiobiología es el estudio de la acción de las radiaciones ionizantes sobre los seres vivos, incluidos los efectos de la radiación sobre la salud de los seres humanos. Las altas dosis de radiación ionizante pueden causar daños en los tejidos vivos, como la quemadura por radiación, y mutaciones perjudiciales, como la aparición de células cancerosas, y pueden provocar problemas de salud, como el envenenamiento por radiación.
Las radiaciones pueden tener efectos nocivos en los materiales sólidos, ya que pueden degradar sus propiedades de manera que dejen de ser mecánicamente sólidos. Esto es especialmente preocupante, ya que puede afectar en gran medida a su capacidad de rendimiento en los reactores nucleares, y es el énfasis de la ciencia de los materiales radiactivos, que trata de mitigar este peligro.
Como resultado de su uso y exposición a la radiación, los efectos sobre los metales y el hormigón son áreas particulares de estudio. En el caso de los metales, la exposición a la radiación puede dar lugar a un endurecimiento por radiación que refuerza el material y, al mismo tiempo, lo embrutece (disminuye la tenacidad, permitiendo que se produzca una fractura frágil). Esto ocurre como resultado de la expulsión de los átomos de sus sitios de la red a través tanto de la interacción inicial como de una cascada de daños resultante, lo que lleva a la creación de defectos, dislocaciones (similar al endurecimiento por trabajo y al endurecimiento por precipitación). Se ha demostrado que la ingeniería de los límites de grano mediante el procesamiento termomecánico mitiga estos efectos al cambiar el modo de fractura de intergranular (que se produce a lo largo de los límites de grano) a transgranular. La radiación también puede provocar la segregación y la difusión de átomos dentro de los materiales, lo que da lugar a la segregación de fases y a la formación de vacíos, además de potenciar los efectos del agrietamiento por corrosión bajo tensión mediante cambios en la química del agua y en la microestructura de la aleación[2][3].
Cuáles son los efectos de la radiación en el medio ambiente
La radiación desempeña un papel fundamental en la vida moderna, ya sea por el uso de la medicina nuclear, la exploración espacial o la generación de electricidad. La radiación nos rodea constantemente como resultado de los elementos radiactivos presentes de forma natural en, por ejemplo, el suelo, el aire y el cuerpo humano. Como resultado de muchas décadas de investigación, los impactos de la radiación en la salud se conocen muy bien. En un informe de 2016, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señaló:
“Sabemos más sobre las fuentes y los efectos de la exposición a las radiaciones [ionizantes] que sobre casi cualquier otro agente peligroso, y la comunidad científica actualiza y analiza constantemente sus conocimientos… Las fuentes de radiación que causan la mayor exposición del público en general no son necesariamente las que atraen más atención”.
En su nivel más fundamental, la radiactividad es una cuestión de energía, y el deseo de que los elementos inestables se vuelvan estables. Al liberar radiación, los elementos pasan de un estado energético a otro que, finalmente, hará que el elemento deje de ser radiactivo. Hay que distinguir entre la radiactividad, por un lado, y los elementos radiactivos, por otro. La radiactividad es el proceso de liberación de energía, ya sea mediante partículas (α, β) o fotones de alta energía (γ, rayos X).